jueves, 28 de enero de 2016

¿Primera comunión?

Restaurantes, fotógrafos, tiendas de ropa, etc. ya preparan la "temporada" de comuniones. Mis espectáculos van dirigidos a todas las denominaciones cristianas y en ellos se respeta las señas de identidad de cada una. Pero de todos mis actuaciones en ámbito confesional, las que más se parecen a las actuaciones no confesionales son las de las comuniones.

La primera comunión se ha convertido en un rito social, donde a veces lo religioso queda en un segundo plano. He llegado a actuar en fiestas donde realmente no se había celebrado la primera comunión, padres ateos o agnósticos temerosos de que sus hijos se sientan "acomplejados" al ver que sus amiguitos sí celebran la primera comunión (cosa que no ocurre con familias de otras denominaciones cristianas o de religiones no cristianas). Y lo que ello lleva consigo en cuanto a regalos, fiesta... un modo superficial de ver el hecho religioso. Pero es una dimensión que no hay que olvidar. Guste o no, existe este aspecto.
Desde luego hay comuniones que se celebran con el respeto religioso que requiere la fe. Pero al igual que pasa con la festividad de los reyes magos, los niños no son inmunes a la ilusión de los regalos ni a la publicidad de consumo. Un espectáculo de magia para toda la familia suele ser una buena opción para esa parte de la fiesta que no es religiosa. Aunque mi repertorio en estas fiestas no es el mismo que en la magia evangélica, sino al contrario, muy laico porque es lo que se espera y busca, muchas familias agradecen un detalle, un juego de magia que nos recuerde la dimensión religiosa del día. No es necesario adoctrinar: no me contratan en esas fiestas para hacer magia con mensaje. Pero al menos un pequeño recordatorio si que hago.

Por ejemplo: tomo un papel de seda rojo recortado en forma de corazón. Lo rompo explicando como nuestro corazón se rompe con el pecado. A veces pequeños defectos, pequeñas acciones que no parecen importantes, pero que al cabo del tiempo nos tienen el corazón roto en muchos pedazos. Por pequeño que sea un trocito, si en él acogemos a Jesús-en este momento el niño o niña escribe "Jesús" y su propio nombre en un pedacito- nuestro corazón se recompondrá: dicho y hecho el papel vuelve a estar entero con lo escrito por el niño/a.
Es una magia breve, siempre bien acogida, especialmente por los miembros de la familia que más hincapié desean en no olvidar el significado religioso del sacramento católico, pero también en ambientes laicos o en comuniones donde hay cristianos no católicos, pues no se entra en detalles de discusión teológica, sino en el más universal mensaje cristiano.

Pregúntame sobre mis espectáculos: contacto@magiaevangelica.com

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