viernes, 27 de mayo de 2016

Recursos: magia con una calculadora

Lo que el público ve:
El mago escribe en una calculadora las primeras ocho cifras "12345678". Pregunta ¿cuál es el número más pesado? Respondan lo que respondan (lo normal es que digan que es el 8) el mago inclina la calculadora y en efecto, se ve como se ha caído el 8 y queda "81234567".

¿Cómo se hace?


Lamento no poder acreditar al  ilusionista que ideó este juego. Hoy lo recordé en una cafetería, alguien me pidió hacer un juego de magia y echando un vistazo alrededor ví detrás del mostrador una calculadora del establecimiento. La pedí prestada y ¡ya está! Bueno, no. Casi está. Hay que hacer dos pequeñas trampillas. Una es la preparación previa y la otra es apretar una tecla secretamente. Pero es muy fácil de improvisar.
Hacía años que no lo hacía y al mirar alrededor y verla he recordado cómo se hace al instante, pero no a us autor -que lo tiene-. Mis disculpas y mi aplauso para él. Pocas veces se puede hacer tanto con tan poco. Cuando coges la calculadora todos esperan un tedioso juego de sumar varias veces, restar otras, etcétera. Lo que nadie se espera es que sencillamente una cifra "salte" de un lado al otro del teclado.
Naturalmente esto no ocurre, pero es lo que debes de "vender".

Lo bueno de todo es que vas a preparar la calculadora innediatamente de dártela y que es algo que puede ser improvisado. Si usas tu calculadora la magia resultante no es tan efectiva. Pensarán que es un aparato de mago, sobre todo ahora que casi todos usan la calculadora del teléfono. Una como la de la foto es ya un aparato casi en desuso. Así que si esta por ahí un punto a favor ¡el mago puede hacer magia con cualquier cosa prestada!
En cuanto te la entreguen la enciendes y como si chequeases su buen funcionamiento tecleas sin darle importancia: 68888889+1. Esto es todo por ahora. Voltea la calculadora como si estuvieses viendo el modelo o cualquier detalle como un arañazo, haz un comentario que haga no tanto olvidar como quitarle importancia a lo que has tecleado. Por ejemplo; "¿Esta es solar o se apaga por atrás? Es lo mismo. Sirve".
Date cuenta de que has tecleado varias veces pero solamente se ve una cifra; el 1, lo que permite quitarle importancia, es como si no hubiese nada o hubieses dejado ese 1. Ahora dí: "Voy a marcar del 1 al 8". En realidad el 1 ya está, pero queremos que parezca que tecleas todos los números seguidos. Tu actitud es de que ahora empieza el juego. Hasta ahora solo examinabas la calculadora despreocupadamente -si lo haces como un CSI tampoco logramos el objetivo de no llamar la atención sobre la preparación-.
Un modo de recordar el juego para cuando pasen los meses es memorizar "Nombre del juego: el juego del 8. Se teclea un 6, seis ochos y un seis al revés (o sea, un 9). Luego +1).

Teclea 2345678 Y muestra en la pantalla "12345678". Pregunta cuál es el número más pesado de todos. Mientras lo haces tienes tiempo de sobra para tomar la calculadora de modo que uno de tus dedos pueda pulsar casi imperceptiblemente la tecla de = cuando llegue el momento.

Y el momento es: sacude un poco la calculadora como si quisieras hacer caer de lado al número 8. Si nadie lo ha dicho tu mismo lo dices; "el más pesado es el 8 y al inclinar la calculadora a veces se cae". Es en esas sacudidas cuando pulsas la tecla de igual, siguiendo el principio técnico-mágico de que un movimiento grande enmascara a uno más pequeño. Insisto además en que ya dejes el dedo casi preparado. No te tomes prisa al hacer este juego, pues en realidad es un efecto muy breve y queremos que todos entiendan lo que planteas antes de que ocurra. Si no es así, si creen que se han perdido algo te pedirán una repetición y es necesaria experiencia para repetir la operación secreta sin levantar sospechas.

Y ya está: al pulsar la tecla de resultado de la suma, sale un número nuevo, pero visualmente da la impresión que tu actuación y actitud debe enfatizar, de que la cifra 8 se ha deslizado de un lado a otro. Te garantizo bocas abiertas y gestos de estupefacción si lo realizas como lo he descrito. Ya ves que es una magia fácil de entender, con un aparato normal y una trampa sencilla de preparar y que no requiere una habilidad especial para realizarse. Podía haber descrito todo el procedimiento en cuatro líneas y sobrarme una, pero he querido que tengas todos los detalles que hacen de una cosa simple un momento asombroso. En esos detalles esta la magia.

Ahora te diré porque traigo este juego al blog. Hacía como diez años que no lo hacía. Es de esas cosas ten sencillas que tienes la tentación de hacerla a todas horas y en todo lugar; al final lo quemas pues requiere como dije que parezca una cosa que se ocurre en el momento aprovechando que alguien tiene una calculadora a mano. La verdad es que me había olvidado de este juego y ha sido al ver la calculadora tras el mostrador como lo he recordado cuando me han pedido improvisar un juego de magia en la cafetería.
Hace diez años ocurrió algo similar, alguien comentaba la memoria de algunas personas para memorizar los versículos. Otra persona contradecía que una buena frase que te impacte es fácil de memorizar. Que lo difícil es acordarse de los números de capítulo o versículo. Y ese fue el momento en que se me ocurrió intervenir: "Es que hay personas que conocen cosas de los números como su peso" ¿? "Sí, su peso ¿me dejas tu calculadora?". Y ya te imaginas el resto.
Aunque nunca lo he hecho -ya te digo que este juego lo tenía olvidado en el desván de la memoria-, estoy deseando que alguna de esas personas que creen en pseudociencias como la numerología saque el tema y tenga a mano una calculadora. Porque podré enseñarle que el 8 se cae de un lado a otro de la pantalla y... cuando esa persona pruebe por sí misma tecleando 12345678 y sacuda la calculadora nada ocurrirá. Yon podré decir que eso es por creer en cosas supersticiosas que a nada bueno llevan.

Pregúntame sobre mis espectáculos: contacto@magiaevangelica.com

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