Foto: El País |
La epopeya de las hermanas Mardini -Yusra y Sarah- me suscita varias reflexiones y una lección:
1/ Es coraje subirse a una lancha sabiendo que hay escasas posibilidades de conseguir cruzar el Mediterráneo. Coraje ante el miedo a lo que vendrá y miedo ante la opción de quedarse. A veces arriesgar la vida es signo de amarla.
2/ Yusra Mardini dice que tiene tres deseos: la apertura de las fronteras para los refugiados, la paz en Damasco y lograr una medalla olímpica. Respecto de lo último creo que ya ha logrado su medalla. Quiere demostrar que los refugiados pueden ser buenas personas. Sin embargo un refugiado no tiene que demostrar nada: es una víctima. Somos los demás los que tenemos que demostrar nuestra solidaridad.
3/ Los atentados de esos terroristas que los medios de comunicación llaman "lobos solitarios", entre otros efectos tienen el de endurecer el corazón por el miedo a que entre los refugiados acogidos haya terroristas infiltrados. Pues bien; los hay. ¿Qué debemos hacer? No tomar medidas que victimicen aún más a quienes no tienen a dónde ir.
foto: riojadeportes |
4/ Por primera vez refugiados de diversos países competirán unidos bajo la bandera del Comité Olímpico Internacional. Estupenda iniciativa ¡felicidades! Una manera de visibilizar que la convivencia de personas de distintos países, culturas, idiomas y religiones es posible. Yusra Mardini no representa a un país, sino a 60 millones de personas desplazadas. Ahora bien, si esto es un modo de decirles que reconocemos su dignidad como personas, no les quitará a muchos millones de ellos ni el hambre, ni el miedo, ni el desánimo.
5/ ¿Qué hay de todos aquellos que ya han muerto por la desidia, principalmente de Europa? ¿Y de aquellos que no son buenos nadadores, no son guapos, no son competentes para labrarse un futuro, tienen problemas para adaptarse o estan aturdidos por su tragedia personal?
La lección:
Yusra y Sarah, viendo que la embarcación tenía grandes posibilidades de hundirse en el trayecto a Grecia, sabedoras de apenas ellas y dos personas más sabían nadar, acordaron que en caso de naufragio se intentarían salvar a sí mismas huyendo a nado, ante la imposibilidad de hacerse cargo de tantas personas. Sin embargo cuando empezaron los problemas, se dieron cuenta de que no podrían vivir sabiendo que no hicieron nada por esas personas.
Yusra recuerda que a los dos horas -todavía quedaba al menos otra más de travesía- fue consciente de que las fuerzas le abandonaban pero como un niño de seis años le miraba, ella no podía dejar de sonreir mientras pensaba en la amenaza de la muerte,. por no asustarle. "Buen remedio [o medicina] es el corazón alegre (...)" Proverbios 17,22.
Mañana viernes comienzan los Juegos Olímpicos de Río y Yusra Mardini será la abanderada del "país" de los Refugiados. Ojala gane alguna medalla, pero ya ganó la que importa aquella noche en el mar Egeo.
Foto: El economista |
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